Desde los inicios, Sartre y Simone deciden basar su relación en la honestidad y la libertad. Cada uno posee independencia económica, sentimental y sexual: no están casados, no viven juntos y no tienen hijos.
Durante toda su existencia, Sartre mantuvo romances con mujeres cada vez más jóvenes. Simone lo entendía como una incapacidad para aceptar la edad adulta. Mientras, ella mantenía esporádicas relaciones con otros hombres y otras mujeres, algunas de las cuales eran a la vez amantes de Sartre.
Así transcurren las existencias de estos brillantes pensadores: Jean Paul abusa de excitantes y somníferos, fuma y bebe en exceso café y alcohol, duerme cinco horas diarias. Nunca desayunan juntos. Él prefiere despertarse solo, pues detesta que le dirijan la palabra en la mañana. Ambos viven en un Hotel de París, escriben en una cafetería, se embriagan de lecturas, de discusiones acerca de cine, filosofía y jazz. La historia de Simone y Sartre puede ser entendida cuando se ha sentido la grandiosidad de entregar amor sin imponer condiciones, sin dejar que los obstáculos propios del egoísmo humano destruyan la capacidad de simplemente existir.
“El infierno son los otros”
"Lo más aburrido del mal es que uno se acostumbra"
“Él no tenía vocación de la monogamia; se complacía en compañía de las mujeres, que le parecían menos absurdas que los hombres; no pensaba, a los veintitrés años, renunciar para siempre a su seductora diversidad”. Ante esta situación, Sartre le explica que el amor entre ambos es “necesario”, pero que no pueden renunciar a amores “contingentes”
"No nos juramos fidelidad, pero nos sabíamos el ser más importante para el otro."
“Éramos de la misma especie, y nuestra unión duraría tanto como nosotros”. Esta idea le permitirá superar los celos que le producía la inexorable necesidad de Sartre de tener muchísimas amantes, para regalar al mundo una de las más hermosas historias de amor que hayamos podido escuchar. “Lo que nos ligaba nos desligaba; y por ese desligamiento nos reencontrábamos ligados en lo más profundo de nosotros”.
En noviembre de 1931 recibe en su casa a Henry Miller, un escritor desconocido del que le habían hablado. Anaïs tiene 28 años, Henry 40. Enseguida despierta una fuerte atracción entre ambos.
Al principio, la relación entre Henry y Anaïs es puramente intelectual. Henry le muestra el mundo bohemio de los artistas de Montparnasse, con toda la decadencia y libertad que hasta el momento Anaïs desconocía. Juntos intercambian ideas acerca de literatura, filosofía y psicología.
Anaïs y Henry dan comienzo a una ardiente relación que significa para ella un despertar sexual.
Henry ha descubierto en el amor incondicional de Anaïs la armonía y la belleza que desconocía, sintiéndose inspirado a escribir como nunca antes. Anaïs se siente atraída por la bestialidad y vulgaridad de Henry.
Mientras Miller tiene aventuras con prostitutas, Anaïs comienza a tener una serie de amantes, hombres y mujeres.
La relación entre Anaïs y Henry se va apagando progresivamente. Miller vuelve a casarse. Anaïs frecuenta a jóvenes artistas, la mayoría de ellos homosexuales.
"Vivir sus deseos, agotarlos en la vida, es el destino de toda existencia".
"La monogamia es como estar obligado a comer papas fritas todos los días".
"… En el fondo, todas las mujeres son putas
y quieren que se las trate como putas…
¡Mezclado con un poco de adoración!"
" Henry, mi amor, mi amor, Henry. He luchado y combatido para ser digna de ti, para ser mujer, ser fuerte e intrépida. Te he amado contra el miedo y sin esperanza de felicidad; me he arriesgado a sufrir la mayor herida, la rivalidad más peligrosa. No era coraje, sino amor, amor. Te amaba tanto que corrí el riesgo de perderte…"
"Vamos ahora a la Luna. En realidad, no está tan lejos.
El hombre puede ir muchísimo más lejos sin salir de sí mismo"
Se conocieron en 1922 en la Residencia de Estudiantes de Madrid (cuando tenían 24 y 18 años respectivamente). Fue una gran historia de amor aunque nunca llegara a consumarse. Lorca, menos temeroso al erotismo, fue mucho más consciente del amor que sentía hacia su amigo. En cuanto Lorca lo vio se enamoró perdidamente de Dalí, pero éste no aceptaba su homosexualidad, entre otras cosas por la influencia de un padre muy severo, el notario de Figueras. Mantuvieron, a pesar de todo, una estrechísima relación personal y artística primero; y un complejo debate estético después, hasta 1928 en que se produjo el alejamiento entre los dos.
Dalí había comenzado el servicio militar, pero tiene tres meses de permiso que va a pasar con su amigo Federico entre Figueras, Cadaqués y Barcelona. En este momento llevaban más de un año sin verse y pasaron unos meses en íntima amistad. Se sentían como almas gemelas. Trabajaron juntos en los decorados de una obra de teatro. La influencia era recíproca, la relación muy intensa, y ni ellos mismos imaginaban que ese viaje iba ser el preámbulo de un progresivo distanciamiento entre los dos. Según el pintor, en mayo de 1926 el poeta intentó "estar físicamente con él", quiso penetrarlo, y aunque Dalí se sentía halagado por el amor de Lorca, no accedió a sus deseos, ya que no se consideraba homosexual, lo que Lorca respetó siempre profundamente.
Aunque el amor jamás llegó a consumarse, sus respectivas obras salieron enriquecidas de esa relación. Las obras de ambos están llenas de referencias al otro, mantenían una extraordinaria fascinación por el otro.
“Se ve claro que mi oficio es pintar, pero, en fin, creo que digo cosas. Deseo ¡mon cheri, una muy larga carta tuya!... En mi San Sebastián te recuerdo mucho y a veces me parece que eres tú… ¡A ver si resultara que San Sebastián eres tú!... Pero ahora déjame que use su nombre para firmar. Un gran abrazo de tu San Sebastián”.
“Tú eres un genio y lo que se lleva ahora es la poesía surrealista. Así que no pierdas tu talento con pintoresquismos”
…Canto tu corazón astronómico y tierno,
de baraja francesa y sin ninguna herida.
Canto el ansia de estatua que persigues sin tregua
el miedo a la emoción que te aguarda en la calle.
Canto la sirenita de la mar que te canta
montada en bicicleta de corales y conchas.
Pero ante todo canto un común pensamiento
que nos une en las horas oscuras y doradas.
No es el Arte la luz que nos ciega los ojos.
Es primero el amor, la amistad o la esgrima…
Aparte de sus publicitados romances con Lou Reed, Jim Morrison y Alain Delon, la lista de amores de Nico incluye otros nombres de alto calibre como el rey de la guitarra Jimmy Hendrix, Iggy Pop, John Cale, Jackson Browne (quien tocaba en su banda durante su carrera de solista), Leonard Cohen, Bob Dylan y el fallecido guitarrista de los Rolling Stones Bryan Jones.
De todos los amantes que tuvo, el que más marcó e influenció la vida de Nico fue el “Rey Lagarto” Jim Morrison. Se conocieron en 1967 en una fiesta en el Castle Hotel de Los Ángeles. Durante este encuentro, ambos subieron a la azotea del hotel, se desnudaron y luego Morrison, completamente drogado, comenzó a caminar por el borde de la cornisa, arriesgando su vida para comprobarle a esa chica que la vida es nada. Después de esto comenzaron a pelear, Jim la haló del cabello y empezó una lucha de egos en la cual cada uno trataba de demostrar que era más poético que el otro. Después de este incidente Nico se volvió loca por Morrison; lo llamaba su “alma gemela”.
El amor que Nico sentía por él era tal que en una ocasión se pintó sus dorados cabellos de rojo y justificó ese acto diciendo que a Jim le encantaban las pelirrojas y que estaba tan loca por él que sólo quería hacer cualquier cosa para complacerlo.
Nico acreditaba a Jim Morrison como la persona que la incentivó a escribir canciones y su admiración por él era tal que unos años después de la muerte de su amado lagarto la cantante se atrevió a versionar el tema “The End”.
"sólo soy uno más"
"Un día de los míos es como una semana de las tuyas"
Here she comes, you better watch your step
She's going to break your heart in two, it's true
It's not hard to realize
Just look into her false colored eyes
She builds you up to just put you down, what a clown
'Cause everybody knows (She's a femme fatale)
The things she does to please (She's a femme fatale)
She's just a little tease (She's a femme fatale)
See the way she walks
Hear the way she talks
You're written in her book
You're number 37, have a look
She's going to smile to make you frown, what a clown
Little boy, she's from the street
Before you start, you're already beat
She's gonna play you for a fool, yes it's true
'Cause everybody knows (She's a femme fatale)
The things she does to please (She's a femme fatale)
She's just a little tease (She's a femme fatale)
See the way she walks
Hear the way she talks
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